Historia de nadas
Título: Historia de nadas
Autor: Andrés Barba
Ilustrador: Rafa Vivas
Editorial: Siruela
Fecha 1ª edición: 1982
Edad en la que me baso para
realizar este análisis: 7-8 años
Criterio para seleccionar el libro
Cuando encontré Historia de Nadas andaba buscando
un libro para niños de 6-7 años, más cerca de los 7 años que de los 6. Se trata
del momento en que los niños van seleccionando libros más complicados, en los
que las ilustraciones ya no acompañan tanto a la historia y el texto es el
principal referente para el desarrollo de la trama.
Según la recomendación de Thais, La Mar de
Letras, Historia de Nadas cumplía con los
requisitos, recomendándomelo para 7-8 años que, aunque era una edad
más tardía de lo que llevaba en mente, podría valer para ese libro que
se adaptara al periodo de transición que andaba buscando. La historia
era atractiva, muy atractiva, y en un primer vistazo, la longitud del
libro, así como la proporción texto-ilustraciones y el tamaño de la letra
se amoldaba a lo que andaba buscando.
Formato del libro
Lo primero que se ve en la portada
del libro se ve una escalera muy larga que sale de la tierra y llega hasta el
cielo. Al final de a escalera hay dos personas, la de abajo sujetando a la que
tiene encima, que apunta a un cielo estrellado con su brazo derecho. La
escalera se apoya sobre una representación del mundo en la que podemos ver un
barco, una montaña, una ciudad y un globo volando.
Los personajes encaramados en la
escalera dan un punto de misterio: ¿qué harán en una escalera tan larga, tan
larga que sale de la tierra y pueden tocar las estrellas? Creo que los niños de
alrededor de 7-8 años se harán la misma pregunta y la curiosidad por encontrar
la respuesta se despertará en su interior. Seguramente más de un niño
desea tener una estrella tan larga que le permita subir a las estrellas. Por
otro lado, el barco, la montaña y el globo que aparecen alrededor de la
representación del mundo adelantan aventuras que quizás ayuden a resolver el
misterio de la escalera, acrecentando la curiosidad por saber qué pasa en el
libro para que la portada adquiera significado.
Como veis, la portada en sí misma puede ser un
ejercicio de preparación y animación a la lectura. Es una ilustración
simbólica, que puede tener muchos significados porque en sí misma es un
absurdo, pero que engancha muy bien con el estado evolutivo del niño, que se
encuentra a los 7-8 años en esa transición en la que el simbolismo se debate
entre la fantasía y las operaciones concretas. (Santrock, 2006)
Es un libro de 14x21 cm, tamaño conveniente para
las manos del joven lector, aunque el hecho de que sea una edición con pastas
blandas y satinadas pueda provocar que se caiga de las manos con facilidad.
Seguramente los niños se encuentren más cómodos leyéndolo apoyado en una mesa o
tumbados o sentados usando alguna parte del cuerpo como punto de apoyo. Habría
que tener en cuenta este punto para estar atentos a la comodidad de los
muchachos mientras leen el libro
El libro tiene 108 páginas, de las que la
historia ocupa unas 90. Como ya he comentado, el texto es el verdadero motor de
la historia y ocupa el 90% de la extensión. El tamaño de letra es grande, por
lo que los niños no deberían asustarse por la extensión del ejemplar, aunque
como siempre hay que estar pendientes de las reacciones de cada uno de ellos
cuando coja el libro.
Las ilustraciones merecen un tratamiento
especial. Sinceramente, creo que son ilustraciones para lectores mayores que la
edad a la que va destinada la historia. Son ilustraciones oníricas, demasiado
simbólicas para el incipiente pensamiento simbólico del niño de 7-8 años. Son
bonitas, desde luego, pero habría que preguntar a los muchachos por el
significado que encuentran a las ilustraciones para asegurarse de que no les
desvían de la comprensión del texto.
Contenido
La historia principal del libro nos
cuenta que una noche, de repente, las estrellas del tranquilo pueblo de Nadas
se apagan, quedando únicamente un pequeño punto blanco en el firmamento que
"no sirve para nada”. El alcalde Doscinturones organiza un grupo formado
por el valiente e inteligente Maderito, el fuerte boxeador y él mismo para
ir a buscar a los tres sabios para que les den la solución. En su peligrosa
aventura, se tendrán que enfrentar a tres desafíos: la puerta de los acertijos imposibles, el bosque de las cosquillas
invisibles y el pasillo de los botones y los miedos. Tras superar exitosamente
las tres pruebas, los sabios les dicen que la solución pasa
por construir una escalera muy grande hacia el cielo hasta alcanzar
el puntito blanco que ha quedado en el cielo, que no es otra cosa que el
interruptor de la luz de las estrellas. Una vez alcanzado, bastará
con encenderlo para que las estrellas vuelvan a brillar.
Realmente, es un libro complejo
para poder destacar un único contenido o situación con el que los niños
puedan identificarse. A lo largo del libro hay un conjunto de situaciones
fácilmente reconocibles por los niños de 7-8 años en las que subyacen
valores y conflictos morales a los que se enfrentan en su día a día, cada vez
más social. Bajo mi punto de vista, nos encontramos ante un libro no literario,
en el que todas las historias tienen unos contenidos moralizantes que buscan
modelar deliberadamente el comportamiento moral del lector dentro de un entorno
social y cultural determinado.
La historia principal del
libro nos cuenta que una noche, de repente, las estrellas del tranquilo pueblo
de Nadas se apagan, quedando únicamente un pequeño punto blanco en el
firmamento que "no sirve para nada”. Es un lance que los niños a esa edad
conocen muy bien: de repente, se enfrentan a un problema para el que no tienen
solución. Para solucionarlo, tratan de buscar ayuda, primero investigando por
sí solos las pistas con las que cuentan, y, si no son capaces por si solos,
buscan ayuda. En la primera infancia, el niño busca ayuda normalmente
una figura parental de referencia como pueden ser los padres o el
profesor, pero el niño de 7-8 años se ha convertido en un aprendiz de convivencia
en grupo, por lo que cuenta ahora además con su grupo de iguales al que pedir
ayuda para la resolución de un problema. (niño, 1986)
Por eso les parecerá normal que la
solución del alcalde Doscinturones sea organizar un grupo formado por
el valiente e inteligente Maderito, el fuerte boxeador y él mismo para ir
a buscar a los tres sabios para que les den la solución. Aquí es donde se
produce una constante a lo largo del libro: los valores del trabajo en equipo.
A pesar de las cualidades magníficas que tienen alguno de los personajes
por separado, ninguno podría resolver los problemas a los que se enfrentan si
no es en grupo: un pequeño grupo es el que se aventura para encontrar la
solución del problema, el pequeño grupo supera las dificultades de la aventura
porque suman individualidades, los sabios que dan con la solución al problema son
realmente tres sabios, y finalmente todos los habitantes de Nadas tienen que
colaborar con su aportación individual para encontrar una solución grupal que
no sería exitosa si uno de ellos no participara. De hecho, el
desenlace en el que Gregor y Maderito consiguen alcanzar el interruptor y
volver a encender las estrellas es un canto a la amistad, al nadie es más que
nadie. Una escena llena de simbolismo en el que se alcanza el clímax del éxito
a través de la colaboración entre iguales.
Los niños de 8 años han dejado
atrás la etapa egocéntrica, pero se encuentran todavía en el conflicto por
determinar dónde encajan dentro de la sociedad y más concretamente, dentro del
grupo de amigos y compañeros del colegio. El autor, a través de las historias
secundarias, da unas pautas de comportamiento que aleccionan moralmente al niño
a comportarse de una manera determinada ante situaciones de conflicto
con otros componentes de la sociedad. (niño, 1986)
Historias
secundarias
Realmente, cada una de
las pruebas que tiene que pasar los aventureros son en sí mismas una
historia independiente que el autor utiliza para meter su cuña moralizante:
La puerta de los acertijos imposibles está
custodiada por dos enanos que saltan constantemente chocándose entre sí. El
niño lo puede relacionar con alguna persona que siempre le hace de rabiar,
alguien de su entorno que le resulte desagradable porque le ponga en evidencia.
Para traspasar la puerta deben acertar tres acertijos. Los dos primeros
son acertados por Maderito con alguna dificultad, pero para el tercero el
boxeador se ofrece para resolverlo. Tanto Doscinturones como Maderito tragan salida
porque no confían en que el boxeador sea capaz. Es la típica situación en la
que el niño, que empieza a funcionar en grupo, ve como el destino del grupo -en
el que está incluido- depende de otra persona que cree menos capacitada que él
(si el lector se identifica con Doscinturones o Maderito) o se echa la
responsabilidad de salvar al grupo sobre sus espaldas (si se identifica con el
boxeador). Finalmente el boxeador acierta la adivinanza, con lo que los niños
que se han identificado con Maderito y Doscinturones descubren que también
otras personas pueden solucionar problemas, aunque a priori no lo parezcan. Del
mismo modo, los que se vean menos capaces y se hayan identificado con el
boxeador, reforzarán su autoconfianza en sí mismos al verse también capaces
de salvar a un grupo en el que ellos mismos se habían asignado el papel
secundario.
Para superar el bosque de las cosquillas
invisibles, ninguno de los tres puede reírse mientras lo atraviesa. Sin
embargo, cada uno empieza a reírse de las desgracias que les van sucediendo a
los otros dos hasta que el boxeador se da cuenta de que se están riendo del
infortunio del prójimo y todos se ponen muy tristes. Cualquier niño puede
entender este sentimiento, sobre todo si le ha tocado ser objeto de burlas por parte
de los demás. Ninguno de los personajes es consciente del daño que le
están provocando a la persona de la que se están riendo hasta que súbitamente
caen en la cuenta. En ese momento cesan de reírse porque ya no le ven la
gracia y se ponen tristes porque son capaces de ponerse en el sitio del otro.
El boxeador lo expone de forma clara: “Esto es horrible, esta risa no es
una risa buena. […] Yo lo sé porque la gente se ríe de mí porque soy un
boxeador que nunca ha boxeado, y eso me hace sentir muy triste. Fijaos,
Maderito, Alcalde, os estáis riendo del sufrimiento de los demás.” Me parece
genial cómo el autor expone la empatía, el ponerse en lugar del otro, y cómo
exhorta a la manifestación de los sentimiento. De esta manera, el niño que se
sienta echado de menos recibe el permiso del libro para poder exponer sus
sentimientos de manera clara: “Os estáis riendo de mí”. Y cómo el que se
ríe de los demás recibe una forma de culpa en la que no hay censura ni castigo,
solo autoconocimiento y forma de superarlo: no hacerlo más.
En la prueba de el pasillo de los botones y los
miedos, nuestros tres personajes tienen que enfrentarse a sus miedos.
Realmente, no se trata de miedos que vengan del exterior como puedan ser
animales, sonidos u oscuridad, sino a su propio autoconcepto. Al pulsar un
botón, cada uno de ellos se ve enfrentado a la imagen que creen que
proyectan en los demás (o la manera que creen que tienen los demás de verlo).
Así, el fiero boxeador se vuelve enclenque, el alcalde seguro de sí mismo
se vuelve supergordo y Maderito se empieza a transformar en árbol. Pero
realmente nadie los ve así, tal y como queda reflejado en los comentarios de
sus compañeros de viaje, gracias a los cuales superan sus miedos. Quizás el
propósito no esté conseguido del todo, pero seguro que los niños empiezan a
plantearse que esa imagen interna que tienen de sí mismos no tiene por qué
corresponderse con la realidad. (Rigon, 2002)
La historia del viejo Gregor es la última del
libro. Es un viejo cascarrabias que un día se dijo a sí mismo:”Nadie me ayuda,
así que yo no ayudaré a nadie nunca más”. Cualquier niño de 7-8
años, incluso algo más mayores, todavía sufre este conflicto
para superar el egocentrismo y convertirse en un ser social: no siempre las
cosas pueden ser como uno quiere, y si se continua pensando así se acabará solo
y amargado como el viejo Gregor. El orgullo de Gregor que le impide dar su
brazo a torcer, que puede más que la voz de su interior que quiere
verdaderamente ceder para poder abandonar la soledad y poder integrarse con sus
iguales, refleja el conflicto interno de los niños de esa edad para resolver
las diferencias de opinión dentro del grupo. Para mí, el autor describe esta
situación de manera magistral en el niño-viejo Gregor.
Finalmente, el encuentro entre Gregor con
Maderito, en el que los dos exponen sus sentimientos de manera franca, consigue
que Gregor cambie su comportamiento y supere ese conflicto interno,
integrándose en el grupo de Nadas. De nuevo, el autor dicta cuál debería ser la
norma del altruismo, cuando Maderito le da la receta de
la felicidad a Gregor: “No puedes ser feliz si no haces cosas por la
gente. Debes coger una cosa que quieras mucho y regalarla.“ Aunque me parece un
buen comienzo para tratar el egoísmo-altruismo, no veo que siempre tenga
que ser así.
Hay una historia secundaria que
comienza en la introducción del libro y que vuelve a surgir en la parte del
desenlace: la historia de Jimena . Representa el amor romántico, que parece que
no puede faltar en los relatos infantiles y al que dedicaré mi siguiente
post del blog. Maderito se siente embelesado por una chica, Jimena
Delalmena, que le nubla la vista y le hace sentir extraño. Desde ese encuentro,
Maderito solo piensa en Jimena, en rescatarla de la almena donde la tienen
confinada sus padres y llevarla a jugar al fútbol con él. Aunque hay
matices que renuevan el mito del amor romántico, la historia entre Jimena y
Maderito sigue los mismos rígidos estereotipos de las historias de amor tradicionales:
la mujer es pasiva y se encuentra en una almena esperando a su príncipe azul,
tal y como le ha ordenado su padre. (Herrera, 2007) Maderito
tiene que demostrar su valentía y salvar al pueblo para que el padre de Jimena le
reconozca como héroe-príncipe azul y permita a Jimena salir de la almena para
jugar al futbol. Pero claro, Jimena no quiere ya jugar al futbol sola, ya solo
quiere jugar con Maderito y que Maderito le de el pase de gol..Sin comentarios.
Una historia en apariencia inocente, pero detrás de la cual se perpetúan
los roles de siempre.
Estructura
El libro está estructurado en torno a
la estructura típica de introducción, nudo y desenlace. Podríamos decir que es
una historia lineal, sin idas y venidas en el tiempo, aunque el autor recurre a
dos breves flashblack: el primero lo usa para contarnos la historia de cómo
nació Maderito y en el segundo nos da detalles para que entendamos cómo el
viejo Gregor se olvidó de reír. A pesar de contar con una estructura
típica de introducción, nudo y desenlace, la historia es compleja por
la estructura que tiene. Por mucho que la historia principal sea la
desaparición de las estrellas y la búsqueda de una solución para permitir que
vuelvan a brillar en el cielo, hay muchas historias secundarias sin aparente
conexión entre sí, centradas cada una de ellas en unos personajes en concreto
que convierten muchas veces la historia principal en un mero pegamento de
pequeñas historias independientes entre sí. Aparte de los flashback, el
número de historias secundarias, así como la riqueza de emplazamientos
donde transcurre la acción y el número de personajes, nos sitúa claramente ante
un libro para niños ya iniciados en la lectura.
El libro consta de una introducción larga en la
que se nos presentan los distintos personajes que habitan Nadas. Algunos de
dichos personajes tendrán un papel protagonista en la historia principal,
mientras que otros solo aparecen para ayudar a crear la atmósfera de bienestar
y buena convivencia de Nadas. No obstante, todos los personajes son
presentados usando una breve historia en la que son los protagonistas. Así se
nos presenta a Jimena Delalmena a través de su encuentro su encuentro con
Maderito; el flaco poeta Lacleta y su mujer la gorda Pelotona son presentados
a través de su amorosa convivencia; el alcalde Doscinturones y el boxeador
aparecen en una historia común; los enanísimos representan una escena
ocurrida el día anterior y el pintor pinturero es salvado por Maderito de una
situación comprometida.
El nudo comienza con la desaparición de las
estrellas. Ahí comienza el peligroso viaje de Maderito, el boxeador y el
alcalde en busca de los tres sabios. La historia se convierte en una línea
temporal en la que los aventureros se van desplazando por distintos lugares
para enfrentarse a las pruebas que permiten llegar al sitio donde viven los
tres sabios. Una vez conocida la solución, deben volver al pueblo para ponerla
en práctica, aunque una vez en Nadas les queda una última
prueba: convencer al viejo Gregor.
Es curioso que el desenlace vuelve a mostrar a
Nadas tal y como era al principio de la historia: un pueblo tranquilo en el que
sus habitantes viven felices.
Personajes
Boxeador: Quiere pelear, pero nadie quiere pelear
con él y consideran que pelearse es aburrido. Ante la negativa, el boxeador
quiere irse al país de los boxeadores, que está en un sitio
indeterminado “al otro lado del mar”, pero nunca se van Es como los niños
más pequeños, que ante la negativa de sus deseos dejan de respirar, pero en cuanto
se les pasa, continúan con la vida en sociedad.
El alcalde Doscinturones, que era tan gordo tan
gordo que no podía andar y se desplazaba rodando. Su madre estaba muy orgullosa
de él porque se había convertido en el alcalde. A nadie en el cuento le importa
que el alcalde fuera gordo, y todo el mundo le quiere y acude a él cuando
tiene un problema. Es como la madre de todos los personajes del pueblo, la
persona a la que todos acuden. No obstante, si el problema no se resuelve con
la palabra, Doscinturones tiene que acudir a Maderito.
Maderito es un niño que había nacido de una raíz.
El nombre en diminutivo ya predispone a los lectores a sentirse identificado
con él. Cuando lloraba se convertía en árbol, que puede ser percibido por los
niños como un ser inerte (Piaget - animismo), por lo que no quieren llorar. El
propio Maderito no quiere llorar porque se convierte en árbol, pero no puede
evitarlo en determinadas situaciones. No obstante, se refuerza positivamente
que, a fuerza de no llorar, Maderito se convirtió en la persona más
valiente del pueblo. No me gusta esta asociación porque puede llevar a que el
niño no exprese de manera genuina sus emociones. Una cosa es reforzar
positivamente que no se puede llorar por “comer cosas que no le gustaban”,
pero otra muy distinta es afirmar que “como hacía tanto esfuerzo por no
llorar para no crecer como un árbol, Maderito acabó convirtiéndose en el
muchacho más valiente del pueblo de Nadas”. Detrás de esta afirmación, un niño
que necesite llorar para expresar sus miedos o tristezas, puede optar por
empezar a fabricarse una máscara de dureza en la que se autoprohíba llorar para
parecerse más a los héroes que nunca lloran. (niño, 1986) Esos niños
acabarán desarrollando un autoconcepto problemático en la adolescencia, donde
el conflicto entre su yo verdadero y el yo aceptado en el grupo, en caso de no
estar en concordancia, le planteará un conflicto emocional muy peligroso.
Hay numerosos estudios en los que se relacionan la depresión clínica con
problemas de conciliación entre el autoconcepto y la realidad (Rigon, 2002). Si el niño
se ha creado un autoconcepto de invencible, de héroe, cuando llegue a la
pubertad y a las primeras rupturas sentimentales o fracasos escolares, ese
aura de invencible y no poder llorar chocará brutalmente con el mundo real en
el que todo es más complicado y en el que unas emociones verdaderas y una forma
de expresarlas genuinas serán claves para llegar a una vida adulta sana.
Gregor. Es un viejo cascarrabias que un día se dijo a sí mismo:”Nadie me ayuda, así que yo no ayudaré a nadie nunca más”. Cualquier niño de 7-8 años, incluso algo más mayores, todavía sufre este conflicto para superar el egocentrismo y convertirse en un ser social: no siempre las cosas pueden ser como uno quiere, y si se continua pensando así se acabará solo y amargado como el viejo Gregor. El orgullo de Gregor que le impide dar su brazo a torcer, que puede más que la voz de su interior que quiere verdaderamente ceder para poder abandonar la soledad y poder integrarse con sus iguales, refleja el conflicto interno de los niños de esa edad para resolver las diferencias de opinión dentro del grupo. Para mí, el autor describe esta situación de manera magistral en el niño-viejo Gregor.
Personajes secundarios
Pintor pinturero. Se mete en un buen brete cuando
escala una roca para pintar un paisaje, pero luego n puede bajar. Es un toque
de atención para los lectores más desobedientes, para aquellos que llevan sus
ansias de exploración más allá de lo sensato. Cómo no, es Maderito quien les
resuelve el problema.
Poeta Lacleta y su mujer la gorda Pelotona.
Son personajes felices, él muy delgado y ella muy gorda. De nuevo,
los muchachos con más complejos por su apariencia física pueden encontrar
consuelo en estos personajes. Alejados de los estereotipos de belleza (uno es
muy delgado y la otra muy gorda), son felices y, lejos del mensaje de la
sociedad actual para aquellos que no cumplen con lo cánones de belleza, han
encontrado una persona con la que compartir su vida. Hablan usando poesía lo
que viene muy bien para presentar el género a los más pequeños. Son versos con
pareados asonantes o consonantes, sin ninguna figura literaria y con
un vocabulario simple, muy sencillos de entender por los niños. Es una
historia secundaria que se encuentra en la introducción del libro, cuando se
está describiendo el pueblo y la vida cotidiana de sus moradores.
Los enanísimos. Son unos personajes muy
pequeños que son réplica de todos los habitantes del pueblo. Viven en una
maqueta de Nadas y reproducen todo lo que pasa en el pueblo el día
anterior. Puede enganchar con el sentimiento de los niños de repasar lo que han
hecho para ver si era correcto o no, con el deseo de vivir siempre en lo que
les gusta. También puede enganchar con el deseo de dominar el tiempo y las
personas a su antojo. Tener la idea de que hay un sitio donde acudir para
subsanar errores del pasado puede ser atractivo. Sin embargo, el concepto
de que los propios habitantes del pueblo estén dominados por la voluntad de
otro ser superior no creo que sea comprendido por los pequeños y, al añadir
este punto de complejidad, creo que el rol de los enanísimo se aleja de la
mente de los niños de esas edades para entrar en un concepto de
transcendencia más próximo al mundo adulto.
Jimena Delalmena. Es la chica más guapa del
pueblo y vive en una torre. Sus padres no la van a dejar salir de ahí hasta que
encuentre a su príncipe azul, aunque ella quiere ser jugadora de futbol.
Engancha con los deseos prohibidos de los niños, con todo aquello que ellos
quieren y que los padres no les permiten. Aquí hay ora historia secundaria
cuando Maderito se encuentra con Jimena Delalmena y se
enamora, enganchando con los primeros deseos de los niños por los niños
hacia los que se sienten atraídos. De nuevo la pareja es heterosexual, y
es la niña la que tiene un papel pasivo, representada en la alto de una almena,
y es el chico, Maderito, quien sube la almacena y le dice a Jimena lo
guapa que es. La innovación está en que es Maderito quien queda turbado por la
belleza de Jimena, mientras que esta solo quiere jugar al futbol. A pesar de la
representación típica, el mensaje de Jimena cuando abre la boca es para
expresar sus propios deseos, para reafirmarse en su yo. Eso sí, en la
declaración Maderito le dice lo guapa que es, sin decir otra característica de
la chica, mientras que la chica le dice a Maderito lo fuerte y valiente
que es, independientemente de lo guapo que es. Puro estereotipo. Es la
representación del amor romántico. (Herrera, 2007)
El pequeño punto blanco en el cielo que no sirve
para nada. Aunque no es un personaje como tal, el autor mantiene esta
definición del punto blanco a lo largo de toda la historia; no es un punto
blanco, es un “punto blanco que no sirve para nada”, insignificante en la
inmensidad del cielo sin estrellas. La solución al grave problema de las
estrellas, aquél para el que habían corrido peligros y bosques resulta que
era el punto blanco del cielo que no servía para nada. De nuevo una lección: la
cosa más insignificante, aquella que parecía no servir para nada y que
nadie había tenido en cuenta era la clave para la resolución del problema.
De nuevo los niños con un autoconcepto más bajo pueden encontrar consuelo en este
personaje, que pase de ser insignificante y no servir para nada a jugar un
papel fundamental en la resolución del problema.
Valores y contravalores
Los valores presentes en la
historia son varios y variados, tal y como corresponde a un texto paraliterario
con intención moralizante. Entre los valores que rezuma el lobro, tal y como
hemos visto con anterioridad, podemos destacar: empatía, amor romántico,
altruismo y trabajo en equipo.
El autor usa muchas veces un
contravalor para explicar el punto positivo del valor sobre el que quiere
moralizar, creando una dialéctica de valores muy útil para que los niños capten
su mensaje. Por ejemplo, para valorar la empatía, presenta como contravalor la
burla, el reírse de los demás o la soberbia de pensarse más que los demás. O
frente al trabajo en equipo exitoso, muestra el fracaso de la no participación;
frente a la alegría de la socialización y del participar en la sociedad, la
tristeza mortecina del aislamiento y la soledad.
El libro tiene unas enseñanzas sobre
valores y ética que a veces funciona por sí mismo, aunque hay
otras maneras de exponer el concepto altruismo-egoísmo,
por ejemplo, en el que Gregor debe regalar algo para ser feliz que no
comparto. Creo que puede ser un buen punto de partida para que los niños
debatan y expongan su unto de vista, aunque puede ser peligroso
cuando están en plena época en la que acaban de soltar el egocentrismo, el
mío y solo mío..Creo que el altruismo se puede y se debe dar de otra manera, no
por buscar la felicidad propia implica que se tenga que desprender uno de algo.
Está bien el compartir, sobre todo cuando el otro no tiene nada, pero este
planteamiento de regalar para ser feliz, de darte al otro para ser feliz,
me parece un concepto muy cristiano detrás del cual se esconde la culpa.
Lenguaje
El autor usa lenguaje llano, con
descripciones muy cortas construidas con adjetivos sencillos. El texto está
trufado de guiños al lenguaje de los niños de 7-8 años y no duda en construir
palabras o nombres sin significado académico, pero cargados de simbolismo y
construidos siguiendo una lógica estricta, muy al estilo infantil. Así, los
personajes se llaman: Doscinturones, Jimena Dealalmena, etc.
Las frases son cortas, casi nunca
constan de más de dos oraciones sencillas, unidas por nexos de contraposición y
alguna subordinada, aunque la mayoría son copulativas.
Otro recurso que usa el autor para
aproximarse al modo de hablar de los niños es el uso abundante de interjecciones,
escribiendo entre admiraciones muchas de las cosas que dicen los distintos
personajes de la historia cuando hablan. Así, la gente de otros pueblos solían
decir: “¡En el pueblo de Nadas nunca sucede nada!”[…]Pero la gene de Nadas
le gustaba así, y decían: “Es mejor así. ¡Nos gusta tanto nuestro pueblo con
sus personas alegres y sus personas tristes, con la gente que trabaja y la
gente que descansa!"
Conclusión
Historia de Nadas presenta un mundo
en la frontera entre lo fantástico y lo real, que puede ser perfecto para niños
entre 7-9 años, pudiendo calar con los niños más avanzados de 7 años
o los más retrasados de 9. Aunque todos son humanoides, los
personajes tienen alguna característica fantástica: Maderito nace de
una raíz y está hecho de madera, el boxeador se vuelve azul cuando piensa,
el alcalde es tan gordo que va rodando..
No es un libro literario porque
prácticamente todas las historias que se organizan alrededor de la historia
principal tiene una enseñanza moral que implica un refuerzo positivo para un
comportamiento determinado, con lo que las moraleja moralizantes implícitas
está presente en todo el libro. Además, la historia profundiza en el mito del
héroe y la princesa, asuntos que, tal y como he expresado a lo largo del blog,
considero que puede tener efectos perniciosos en el desarrollo psicológico y
moral del niño si solo se emplean lecturas de esta índole en clase.
A pesar de todo, es un libro que
ofrece muchísimas posibilidades y aspectos a trabajar con los niños. Aparte de
ser un texto fácil de leer y con muchos roles que el niño puede enganchar con
su simbolismo del mundo, las historias moralizantes presentan valores valiosos
par el desempeño social del niño en la sociedad actual. No obstante, para sacar
partido a esta característica que nos brinda Historia de Nadas, es más necesaria
que nunca una lectura dialógica en la que los niños puedan expresar sus
opiniones acerca de todos los valores expuestos de manera que, a raíz de lo que
quiere transmitir el autor, sean los propios niños quienes decidan cómo
asimilar esos conceptos.
Bibliografía
Herrera, C. (2007). El amor romántico perjudica
seriamente la igualdad. Madrid: Haika.
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(2006). Psicología del desarrollo. El ciclo vital. Madrid:
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