domingo, 19 de junio de 2016

Reflexión final

Y por fin llegó el momento de hacer balance de la asignatura. Antes de nada, tengo que reconocer que me gusta leer, y me gusta desde que era pequeño. Recuerdo los cuentos en formatos imposibles de la guardería y ella pila de libros que había en la EGB para cuando terminabas una actividad pronto y tenías que esperar a los demás. A esos recuerdos se une la fascinación del momento en el que me sumergía en las páginas de los libros de El barco de vapor  o Cuatro Vientos Noguera, principalmente..


El primer bloque (Literatura infantil. Análisis y selección) 

¡Qué gran bloque introductorio a la asignatura! Para ir calentando motores, nada mejor que retomar ese contacto que había perdido con la literatura infantil, aunque eso sí, desde un punto de vista totalmente distinto. 

Este bloque me permitió volver a reencontrarme con mis viejos libros de  El barco de vapor o Cuatro Vientos Noguer, pero tras la visita a El mar de letras descubrí que el mundo de la literatura infantil y juvenil había avanzado una barbaridad. De las tres o cuatro referencias que había en los años 80 se ha pasado a un verdadero género de libros infantiles y juveniles, con muchas más editoriales en juego y temáticas de todo tipo. La visita a esa pequeña librería de Ópera fue una auténtica sorpresa en la que encontré exactamente lo mismo que busco en las librerías donde compro mis libros, pero adaptado para los lectores más pequeños. 

Por supuesto añadí nuevas referencias a mi anticuada biblioteca infantil, pero la experiencia me sirvió de excusa para revisitar mis viejos libros. Y en ese viaje a mis recuerdos me acompañó Álvaro, mi sobrino de 7 años, con el que comparto lecturas desde entonces. Robi, Tobi y el aeroguatutú, que se me había atragantado de pequeño, cobró una nueva dimensión con los intercambios de impresiones de Álvaro; De profesión, fantasma nos hizo recorrer castillos de Escocia, poner a Escocia en un globo terráqueo, dibujar un aeroguatutú para ir allí e idear un método de abrir las bolsas de patatas fritas sin que mamá se entera de que nos las íbamos comiendo, tal y como hace el protagonista con la comida de la despensa del castillo.

Aparte del lado lúdico de la lectura -que me parece imprescindible en esta época temprana de los lectores- el contenido de la asignatura me descubrió todo el trabajo que hay detrás de la selección de libros para niños. Por ejemplo, jamás me había planteado que el formato del libro importa por aquello de favorecer la usabilidad del libro, o tener en cuenta si se va a leer de pie, sentado, tumbado o dando volteretas…La verdad es que son criterios que yo uso para mis ejemplares, pero hasta que nos los vi escritos, no caí en la cuenta de la importancia de analizarlos.

Otro aspecto como dividir la historia en partes básicas como Introducción, nudo y desenlace, parece algo sencillo y superficial, pero es básico para poder organizar luego las actividades que se quieran hacer sobre la lectura. Lo mismo sucede con las historias secundarias, que en los textos para estas edades, más que ramas del tronco de la historia principal, son historias que se pegan una a otra para construir la trama principal (historia lineal en cuanto a trama y tiempo).
 
Por otro lado, diseccionar la historia en roles y personajes engancha con lo que más me costó y que considero un punto importantísimo: la historia subyacente, o lo que es lo mismo, el mensaje con el que el niño puede quedarse de la historia. Los niños entre 7-10 años se encuentran en una etapa de transición hacia el simbolismo lógico, por lo que la historia subyacente debe favorecer la maduración psicológica del niño para que interiorice su yo incipiente y se sitúe dentro de su entorno social. Conseguir enlazar el desarrollo madurativo del niño con los mensajes que un libro puede enviar a un niño me parece desde entonces un arte para el que no hay reglas. Como ingeniero que soy, busqué y busqué en diversos sitios una relación clara entre la historia y la edad del niño, algo así como la clasificación que hacía El barco de vapor: “A partir de 5 años”, “A partir de 7 años”. Pero tal correspondencia no existe y, aunque estuviera disponible en algún sitio, no dejaría de ser una guía, recayendo sobre el profesor la decisión de qué libro usar para los alumnos que tiene en ese momento.

En este sentido los apuntes me han abierto los ojos ante este desafío, a la vez que me han proporcionado las indicaciones para poder enfrentarme a él. He aprendido a conceder la importancia debida a criterios como el formato o las ilustraciones, así como a estudiar la cercanía del mensaje “oculto” de la historia con la realidad vital en ese momento de los niños. Ahora solo me falta la experiencia y mucho trabajo para seleccionar historias y libros acordes al momento evolutivo de mis alumnos.


El segundo bloque (Textos folclóricos. Selección y adaptación) 

Hace tiempo me regalaron el libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas, de Bruno Bettelheim y he de confesar que mi punto de vista sobre los cuentos de hadas cambió a medida que avanzaba la lectura. Si bien algunos de los análisis de los cuentos me parecen en exceso influenciados por la escuela freudiana, la parte de la introducción me parece soberbia porque se pueden encontrar pistas sobre lo que cualquier historia destinada al público infantil puede desencadenar en el desarrollo emocional del niño. 

La relación entre los cuentos de hadas y desarrollo emocional que hace Bettelheim y la correspondencia de los distintos textos folclóricos, sus intenciones morales y el desarrollo emocional del niño que se hace en los apuntes me parece que se encuentran en la misma onda. Si para Bruno los cuentos de hadas son usados para enseñar moral y ayudar al niño en la superación de sus angustias vitales, Irune nos desgrana cada tipo de texto folclórico y sus inclinaciones morales para influir en el desarrollo moral del niño conseguir que se integre en la sociedad siguiendo los parámetros éticos predominantes.

A raíz de los apuntes y el libro de Bruno, comencé a plantearme la idoneidad de alguna simbología recurrente en los cuentos de hadas, ya que considero que los cuentos de hadas alcanzaron su apogeo antes de la revolución industrial, en una sociedad mayoritariamente campesina en la que los bosques, los caballos y los palacios eran algo visible en los que sucedían cosas fantasiosas. Creo que el marco en el que se desarrollaba la acción era conocido por los protagonistas y lectores, pero los acontecimientos que ocurrían en esas localizaciones eran desconocidas y, por lo tanto, susceptibles de ser fantásticas. Si en una sociedad urbana, en la que muchos niños van al campo para hacer una barbacoa, los castillos y palacios se pueden visitar pagando una entrada y la vida de los reyes y princesa son portada de las revistas, seguimos usando esas mismas localizaciones, perdemos el efecto de una localización cercana, pero de la que se desconoce lo que puede pasar. De ahí el poder de las adaptaciones que se proponen en este tema: hacerlas más cercanas a los alumnos. Como se dice en los apuntes, lo ideal sería poder usar la fuente original para poder captar la calidad literaria de la composición, pero en estas edades tempranas estoy de acuerdo en que el objetivo debe ser otro. Eso sí, aunque proponga el cambio de determinada simbología, lo que que debe seguir cumpliendo el cuento, ya sea adaptado o no, es la ayuda emocional al niño para la superación de sus angustias. 

Desconocía el estudio de Propp sobre los relatos fantásticos y los encuentro muy útiles a la hora de crear o adaptar textos mágicos para nuestros alumnos. De alguna manera, proporciona los ladrillos con los que se puede construir una historia que verdaderamente sirva a los propósitos del cuento y que no se quede en una historia bonita, pero vacía de contenido para los muchachos.

En definitiva, este tema me ha servido para organizar las ideas que tenía acerca de los cuentos de hadas y añadir un montón de herramientas nuevas a la hora de adaptar cuentos e historias. Es muy fácil caer en la moralización del mensaje, tal y como se hacía en los cuentos tradicionales, pero los apuntes me han enseñado a empedrar a los muchachos, a la necesidad de optimismo que se debe transmitir para que los muchachos puedan superar sus dilemas psicológicos y crecer seguros en sí mismos y junto a la sociedad a la que pertenecen.


En el tercer bloque (Literatura española y cultura literaria)

Los apuntes del tercer bloque me sirvieron para repasar la obra de los autores españoles, así como los diversos movimientos estilísticos de distintas épocas, y comprobar que algo quedaba en la memoria. Considero que me acordaba de algo porque los autores y movimientos literarios me los explicaron tal y como aparecen en los apuntes, es decir, dentro de un momento histórico. De esa manera, aunque las fechas y algunos autores habían desaparecido de la cabeza, el orden histórico de los movimientos y sus principales representantes permanecen anclados en la referencia del momento histórico en el vivieron. 

El diseño de la semana cultural fue complicado porque elegimos un reto y seleccionamos a Valle Inclán como autor para la semana cultural. Tengo que reconocer que no me he leído nunca nada de Valle Inclán y quizás ese desconocimiento hizo las cosas bastante más complicadas. Menos mal que el trabajo era en equipo y, aunque ninguno éramos entusiastas del autor, todos pudimos aportar de manera que las sesiones conjuntas fueron gratificantes y fructíferas. 

Sinceramente, creo que las actividades de la semana cultural nos quedaron lo suficientemente atractivas como para que cualquier alumno de primaria disfrutara con un autor tan poco indicado para esas edades como Ramón Valle Inclán, por lo que el valor de una semana cultural que mezcle sesiones lúdicas con trabajo con textos del autor puede ser una herramienta muy potente para introducir a los niños de estas edades en la literatura española y sus principales autores.


El cuarto bloque (Lectura literaria y animación lectora)

El cuarto bloque nos trae todo lo que rodea a la motivación lectora. ¡Vaya tema!¡Con todo lo que se puede decir aquí! Solo con el partido de El deseo lector habría para una tormenta de ideas de varios días. ¿Cómo conseguir que la lectura no sea traumática para los niños? ¿Cómo hacer que una vez que se enganchan a la lectura, no pierdan ese interés en etapas posteriores? De nuevo echo de menos un manual con recetas mágicas, o haremos llenos de números infalibles..pero me temo que solo la experiencia, el ensayo error, y el intercambio de experiencias con otros profesores o tutores serán lo que me de la respuesta a estas preguntas.

Aunque creo que un hogar en el que se lee ayuda mucho a la predisposición de los niños hacia la lectura, considero que el enfoque que se le da a la lectura en la escuela es fundamental. A mí me gustaba leer porque me evadía de mi realidad, por las historias mágicas que leía en los libros, pero tengo que reconocer que las actividades que hacía en el colegio relacionadas con la lectura me aburrían una barbaridad. Actividades de rellenar palabras que faltaban en frases sacadas del texto; resúmenes de 7 líneas, o de 6, ni una más ni una menos; nada de leer tebeos porque eso no era leer…Si para mí eran un aburrimiento, no quiero ni pensar en lo que serían para los compañeros con dificultades lectoras.

Por eso el enfoque de las actividades de motivación anteriores a la lectura me parece una manera divertida de predisponer a los muchachos, sobre todo aquellas con un componente lúdico en el que los muchachos se adueñan de la actividad y participan activamente. Y la misma opinión tengo acerca de las actividades durante y después de la lectura. El tema del debate sobre lo que se está leyendo me parece una actividad muy potente para abarcar cualquier tipo de análisis: desde el uso del lenguaje hasta las emociones que se han despertado en los muchachos, por l que la considero una actividad primordial durante y después de la lectura. De entre todas las actividades, me quedo con la más tradicional, pero por el enfoque nuevo que he descubierto en los apuntes: la ficha de lectura. Me parece genial que los muchachos sean los propietarios de esta ficha, que sean ellos quienes la diseñen, que la rellenen con información variopinto y, sobre todo, que no sea para entregar al profesor, sino para compartir con toda la clase en el corcho. Creo que esta actividad, fundamental para saber si el muchacho ha realizado una lectura comprensiva, pasa de ser un mero informa para el profesor a convertirse en algo personal de cada alumno hasta que se termina y se comparte con toda la clase. Me encanta ese enfoque: sutil, pero muy, muy potente.

De este bloque me llevo un zurrón de buenas propuestas para animar a la lectura. Se trata de actividades no solo para predisponer al muchacho a leer, sino para acompañarle a lo largo de toda la lectura, que muchas veces cometemos el error de considerar que con la motivación inicial basta para la realización de una tarea y nos olvidamos del acompañamiento necesario a lo largo de toda la realización.

En el quinto bloque (Creación literaria) 

En el quinto bloque he aprendido multitud de estrategias para trabajar la creación literaria, pero siempre primado el punto de vista lúdico-creativo en vez de seguir rigurosamente las reglas de un determinado género literario, que a menudo acaban cortando las alas de la imaginación y aborreciendo dicho género antes de que llegue a comprenderse del todo. Estoy pensando en las distintas propuestas que se hacen para la creación poética, en las que se busca que los niños se vayan familiarizando con los versos o que amplíen vocabulario, pero sin seguir de manera obligatoria las normas de la rima o el número de sílabas por verso.
Ni que decir tiene lo que he disfrutado con esta parte, aunque también me ha servido para comprobar que la creatividad es algo que hay ue practicar, porque me costó liberar la mente y concederme permiso para que las palabras salieran, aunque fueran de forma aleatoria, sin sentido. Sin duda, creo ue estos ejercicios ayudan precisamente a que los niños saquen de su interior esa imaginación que los sistemas educativos existentes hasta la fecha se han encargado de minar.

Aparte de los apuntes, agradecer a Irune que nos presentara el libro Gramática de la fantasía, de Gianni Rodari. Es un libro que va más allá de meras recetas y fórmulas literarias para la creación de textos, ya que establece la relación entre muchas de las propuestas y el desarrollo psicológico del niño, asunto que ya he comentado más arriba como fundamental para mí como futuro profesor de primaria. Así, el maestro Rodari nos aconseja sobre el uso liberador de las palabras tabúes para un niño (caca, culo, cualquier palabrota), o sobre el uso del pasado imperfecto para historias que inviten al optimismo en vez de para formalizar juicios morales. Cito aquí esas dos pinceladas, pero se pueden extraer decenas de consideraciones semejantes de las más de 40 recetas creativas del libro.

Como ya he adelantado, de este apartado me llevo un gran libro de cabecera y otro montón de actividades para hacer con los niños y no tan niños con los que se quiera trabajar la creatividad. Se dice que detrás de un buen escritor hay un buen lector, así que si conseguimos que los niños se acerquen a la literatura siendo ellos mismos autores, creo que se establecerá una corriente de retroalimentación entre leer y crear muy beneficiosa para el desarrollo del niño como persona adulta.


Conclusión personal

Ésta era una asignatura sobre la que había sido hablar mucho y bueno, y a la que me apetecía mucho dedicarle tiempo porque sabía que me iba a enganchar. Lamentablemente no le he podido dedicar todo el tiempo que me hubiera gustado, pero aunque el aspecto lúdico personal de aprender se me haya quedado cojo, me llevo una cantidad enorme de pistas sobre las que desarrollar mi función de habilitador para que los niños lean. 

Aparte de les enseñanzas de cómo dar clase, me ha parecido también increíblemente valioso haber tenido acceso al criterio de evaluación de la asignatura. Las rúbricas y la ponderación de cada uno de sus criterios no tienen desperdicio y me parece que es algo digno de mención como una parte fundamental de la aportación de la asignatura a mi formación como profesor. Ir más allá de la mera adquisición de conceptos académicos y evaluar de manera integral al alumno a través del ser, saber, saber hacer y saber transferir me parece algo que realmente aporta valor y que ayuda de manera definitiva a detectar problemas del alumno que puede trascender lo meramente académico. Que se evalúen conceptos como el establecimiento autónomo de objetivos, organización temporal y material o de participación en la clase, además de los propios relacionados con la asignatura puede ayudar a detectar disfultades en el aprendizaje que no se detectarían si solamente se evalúa el trabajo entregado.

No sé Irune..No soy capaz de sintetizar todo lo que me llevo en una única idea de despedida. He descubierto la nueva literatura infantil (¿quién dijo que es solo para público infantil?), he podido trabajar con mis compañeros en un autor tan complicado de adaptar a niños de primaria como es Valle Inclán (la de horas y llamadas internacionales a horas intempestivas con Nuria y Juan que le hemos metido y aún así, ¿qué habría hecho sin ellos? ¡¡GRACIAS!!); me he parado a diseminar los libros como si fueran ranas en un laboratorio: analizando estructuras sintácticas, roles, personajes, mensajes al inconsciente (y todo para amar todavía más a los libros); me llevo actividades concretas para hacer con los niños y animarles a leer y a crear; he conseguido que tres sobrinos me hablen de manera espontánea acerca de los libros que leen en el colegio (y que luego sigan queriendo jugar a la pelota conmigo)...

Quizás lo mejor es la sensación haber metido la cabeza en un mundo donde hay mucho más que historias fantásticas y libros de colorines, que detrás de esa capa necesaria hay mucho trabajo de investigación por parte del proceso para conseguir que los muchachos lean y lo hagan porque ellos lo eligen. 



Gracias a todos los que me habéis acompañado en este año, y muy especialmente a Eva y Nuria, sin las que no habría podido completar la asignatura.¡Hasta siempre!

2 comentarios:

  1. Perfecto.
    Vete buscando un rato para un café en septiembre o en octubre, que lo tenemos pendiente.

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  2. Será un placer Irune. Así te puedo decir en vivo y directo lo que he disfrutado con la asignatura...Lástima no haber tenido más tiempo!!

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